sábado, 9 de enero de 2010

Versit(i)os 2.0

Esta mañana al levantarme,
he notado un agujero,
no un vacío, no:
un agujero.

Un agujero, justo,
en medio, del pecho.
Y al lado, dormido,
tu cuerpo.

No he querido despertarte,
para no joderte el sueño,
que el día que no descansas,
no hay dios que te aguante.

Y no sé si es que ya,
no te quiero como antes,
o al tener un agujero,
donde estaba el corazón,

Ya no siento nada,
ni por ti ni por nadie,
pero he tenido ganas,
de coger. Y largarme.

Y tu sales de la ducha,
mojada y sin toalla,
debe ser la confianza,
que da compartir la cama.

Pero en ese preciso instante,
me he reido y sin o con motivo,
he tenido muchas ganas,
de coger. Y follarte.

No sé si ha sido al tocarte,
o al rozarme el pantalón,
he notado otro agujero,
justo, en medio, del sexo.

No he continuado, para qué...

No tengo sexo sin corazón,
ni corazón sin sexo.
Porque no tengo sexo,
ni tampoco, corazón.

O a lo mejor,
los tengo,
pero en otra parte.

En otras camas,
o en otras duchas,
en otros cuerpos,
en otros corazones,

Iré a buscarlos cuando duermas,
mejor no gritarme,
que con tantos agujeros,
se escaparía tu aire.

3 comentarios:

  1. El mariconeo se contagia...

    Un suspiro (con la boca bien abierta) y un beso! (en la oscuridad y sin que enfoquen las cámaras)

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